Son muchos los artículos que se leen a diario hablando sobre los “milagros” que es capaz de lograr el Business Intelligence en una empresa: toma de decisiones eficaces, informes personalizados, cuadros de mando efectivos, mejora de la comunicación interna, ahorro de tiempo y costes, etc.

 

Muchas compañías, conscientes de estas ventajas, se lanzan a la aventura e invierten tiempo y recursos, a la espera de obtener rentabilidad a medio – largo plazo. Y es que basar todas las decisiones de una organización en los datos puede aumentar hasta en un 22% sus beneficios.

 

Sin embargo, un estudio de Gartner en 2020 revela que tan solo el 13% de las empresas aprovechan al máximo la Inteligencia de Negocio.

 

¿En qué se está fallando? ¿Qué factores no se están teniendo en cuenta? A continuación, te planteamos 3 preguntas fundamentales que deberías hacerte en el caso de querer implantar el BI a tu estrategia de negocio.

 

1. ¿Sabes cuál es la función real del BI en tu estrategia de negocio? 

Lo primero que debes evitar es confundir Business Intelligence con Big Data.

 

Si bien ambos comparten la función de permitir a una organización el análisis de datos para extraer información, existe una principal diferencia entre ellos:

 

Los datos que analiza el Big Data son de gran volumen y provienen de varias fuentes, pudiendo ser estructurados o no estructurados. Sin embargo, el BI se encarga de analizar solo datos estructurados para, finalmente, almacenarlos en un servidor central que permita tener un mayor control de los procesos realizados en el pasado.

 

Pero no todo es conocer la función del BI y los beneficios que aporta a las compañías. Es mucho más importante que te pares a pensar en cómo puede el BI beneficiar a tu empresa en concreto.

 

Para ello, asegúrate de conocer al 100% tus objetivos empresariales y conecta dichos objetivos con el BI a través de una hoja de ruta: un documento en donde aparezcan todos los KPIs o medidores de rendimiento de mayor interés para los objetivos que se quieren alcanzar.

 

2. ¿Se ha llevado a cabo una Gestión del Cambio en tu empresa?

Si tu compañía no se ha preocupado por gestionar el Cambio, es muy difícil que tu Estrategia de BI funcione.

 

Debes saber que la transformación digital de una empresa no solo consiste en la digitalización de sus procesos. La parte más importante y compleja de este proceso es la cultural, por lo que se debe empezar por cambiar la mentalidad de los empleados. Y es que se estima que las personas forman parte del 50% en la transición hacia el Cambio Organizacional .

 

El BI no es solo cosa de técnicos especializados. Preocúpate de que todos los trabajadores comprendan la importancia del Cambio y asegúrate de que reciben la formación necesaria sobre la Gestión de los Datos. Sólo así podrás mejorar la comunicación entre todos los departamentos a la hora de implementar estrategias de Business Intelligence.

 

3. ¿Tu Gobierno de Datos tiene suficientes Metadatos? 

Como ya hemos mencionado antes, el BI se encarga de analizar datos ya estructurados de la propia empresa, permitiendo tomar mejores decisiones de negocio. No obstante, si el Gobierno de Datos del que dispones es pobre y no dispone de suficientes Metadatos, encontrar Datos de Calidad será misión imposible.

 

Los Metadatos se describen como “datos que describen otros datos”: su función principal es ayudar a encontrar los datos que andamos buscando o que nos interesan.

 

Por lo tanto, cuando un técnico esté trabajando con herramientas de BI, con la intención de extraer y analizar un tipo de información concreta, el hecho de disponer Metadatos de calidad suficientes hará que éste invierta mucho menos tiempo buscando los datos que necesita.

 

Empezar a utilizar herramientas de Inteligencia de Negocio en tu empresa sin disponer previamente de una Cultura de Datos sólida es como empezar la casa por el tejado. Asegúrate primero de que tanto tú como el resto de tu equipo conocéis todos los requerimientos necesarios para gestionar los datos de la organización.