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Crisis energética: la solución para las empresas está en el Big Data

El ahorro de energía ha sido una de las principales preocupaciones de los europeos durante la última década, especialmente en estos últimos dos años, en donde los precios de la electricidad han subido hasta un escandaloso 300%.

 

Sin embargo, algunas cosas han cambiado a lo largo de los años, y ahora la energía se utiliza de manera mucho más eficiente y consciente al existir una mayor conciencia respecto al impacto que tienen las fuentes de energía no renovables y en la emisión de gases de efecto invernadero en el planeta.

 

La forma de medir el consumo de energía también ha evolucionado mucho. Esto ha llevado a la recopilación de enormes cantidades de datos sobre diferentes variables de consumo de energía, que no siempre se analizan adecuadamente, ni se utilizan en absoluto. Hablamos del Big Data.

 

Big Data y su relación con la eficiencia energética

 

El Big Data es una tendencia importante en las empresas modernas, pues los datos se han convertido en el activo más importante para muchas empresas o, al menos, en recursos muy importantes con los que contar para tomar mejores decisiones empresariales, predecir el comportamiento de los clientes y muchas otras técnicas útiles.

 

Más datos significa mejores conocimientos, sobre todo ahora que la analítica de datos, la Ciencia de Datos y el Machine Learning  han crecido y siguen iterando sobre los modelos de datos y los algoritmos, así como desarrollando otros mejores.

 

Una de las áreas que más pueden beneficiarse de los grandes conjuntos de datos es la gestión de la energía. Esto es debido a que la forma en que las empresas y los hogares consumen energía es muy variada, y depende de una gran cantidad de factores, como el proveedor de energía, las fuentes de energía, la cantidad de dispositivos, el número de trabajadores de una empresa, y un largo etcétera. Conocer los hábitos de consumo energético de una empresa es el primer y más importante paso para conseguir la eficiencia energética.

 

Recogida de datos de calidad sobre el consumo energético

 

Muchas empresas han desarrollado diferentes equipos y dispositivos para recoger datos sobre el consumo de energía. Por ejemplo, utilizando contadores inteligentes para registrar el consumo de energía cada hora o incluso con mayor frecuencia. Esto hace que se recopilen grandes cantidades de datos.

 

La forma en que las compañías recogen los datos sobre el consumo energético depende en gran medida de criterios subjetivos, a menudo decididos por un gestor de datos, que conoce la forma en que la energía fluye por la empresa y cómo afecta a las distintas operaciones.

 

Hay muchos factores que afectan a la forma en que una organización recoge los datos de consumo energético y eléctrico. Por un lado, dos empresas pueden necesitar electricidad por dos razones completamente diferentes; pero, por otro, el lugar donde se encuentra una empresa afecta al precio de la energía.

 

Una variable común a la mayoría de las empresas de todo el mundo es precisamente cuánto deben pagar mensual o anualmente para cubrir su consumo energético actual. Las facturas demasiado elevadas del proveedor de energía suelen ser el primer detonante para que una empresa comience a poner en marcha proyectos de eficiencia energética.

 

A partir de esta toma de conciencia inicial, formular las preguntas adecuadas es la mejor manera de modelar datos de calidad  sobre el consumo energético para que sean apropiados y eficaces. Por ejemplo, ¿cuáles son los objetivos de la organización al reducir la energía utilizada? ¿Se trata de reducir los gastos? ¿Es para contribuir positivamente al medio ambiente?

 

Obtención de información a partir de los datos energéticos

 

Una vez recogidos los datos apropiados en función de las variables y factores subjetivos que han sido considerados por los miembros de la organización, así como por un gestor energético, el siguiente paso es obtener insights valiosos que puedan ayudar a conseguir la eficiencia energética.

 

El valor del insight dependerá en gran medida de los objetivos específicos de la organización. No obstante, es muy recomendable obtener respuestas sobre dónde y por qué la empresa consume tal cantidad de energía.

 

Los hábitos de consumo energético de los empleados y miembros de una empresa son variables que pueden cuantificarse, y de las que se puede extraer mucho valor en forma de conocimientos, además de permitir diseñar planes y campañas para reducir el uso de la energía.

 

Encontrar formas realistas de reducir el consumo de energía de una empresa durante la realización de sus operaciones es la forma más útil de obtener una visión valiosa del conjunto de datos relacionados con el consumo energético.

 

El Big Data ha desbloqueado muchas posibilidades que solían pasarse por alto hace algo más de una década. Entre estas posibilidades, está la de mejorar la forma en que las corporaciones utilizan la energía para lograr la eficiencia energética y, a partir de ahí, avanzar hacia la sostenibilidad. Y para ello, lo primero que se necesita es una gran transformación en la cultura y los valores de la empresa.